Tiernos, suaves y muy ricos: así son estos bollitos de jamón y queso que sin duda volveré a hacer.
La receta la cogí del blog del que os he hablado más veces, Kanela y Limón, pero yo junté jamón y queso en vez de hacer unos de jamón y otros de queso.
Ingredientes (los he cambiado un poco de la receta original porque no tenía leche en polvo):
- 350g de harina
- leche (la que admita), al no ser leche en polvo, he sustituido el agua por leche normal, pero necesita menos líquido. Más o menos unos 100ml.
- 60g azúcar
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 huevo
- Levadura 1/2 cubito (yo la puse fresca, porque es la que uso siempre, pero también la podéis poner seca pero de panadero, no la química o royal, que como ya os dije no es levadura verdadera).
- 40g de mantequilla a temperatura ambiente.
- Tranchetes
- Jamón York
- Orégano
- Huevo para pintar
Vamos allá (yo lo he amasado manual porque no tengo panificadora, pero en la receta original lo tenéis con panificadora si queréis):
- Mezclar un poquito de leche caliente (sin que llegue a quemar) con la levadura para deshacerla.
- Mezclar todos los ingredientes menos la mantequilla y amasar un rato. Si os queda demasiado pringosa le ponéis un poquito más de harina, o si os queda muy seca, un poquito más de leche.
- Añadir la mantequilla y volver a amasar.
- Hacer la masa una bola y ponerla en un bol untado con un poco de aceite y tapar con film hasta que doble su volumen.
- Estiramos la masa y cortamos cuadrados un poquito más grandes (como 1cm) más grandes que el tamaño del tranchete. Ponemos el tranchete y encima el jamón de york (si no es tipo sandwich, lo cortáis a cuadrados más o menos de ese tamaño) y enrollamos hasta que quede un rulito.
- Cortamos el rulito en tres trozos pero no totalmente, y doblamos de manera que queden los tres trocitos uno al lado del otro y presionamos un poco en la parte de abajo y lo ponemos en un molde de papel y éste en un molde de magdalenas o de usar y tirar para que no se deformen al aumentar de tamaño.
- Los dejamos levar de nuevo, pintamos de huevo batido y espolvoreamos de orégano.
- Los ponemos en el horno precalentado a 180ºC hasta que la superficie esté dorada.
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