martes, 21 de enero de 2014

Sopa de calabaza con crujientes de fiambre de pavo

La calabaza me encanta y ahora es su tiempo, así que hay que aprovecharla a tope, porque además es muy sana.

Siempre voy luchando por inventar o buscar cenas que tengan proteína y no tengan carbohidratos, por eso de que las dietas nos llevan de cabeza, y es que soy una persona de fácil aburrimiento y cenar siempre lo mismo no no no... y ataco al pan, y las cartucheras me atacan a mi y todo es un desastre.

Es por eso que, a partir de ahora, pondré recetas con la etiqueta "cenas ligeritas" para que los que busquéis mantener la línea podáis inspiraros.


A la receta: digo sopa y no crema, porque queda liquidilla... si os gusta más la textura crema, le ponéis menos agua o más calabaza, al gusto.

Antes que nada os pongo cómo hice los crujientes de pechuga de pavo, y me vino la inspiración de los chips de surimi que vi en internet el otro día, que otra noche los haré para probar qué tal están.
Puse 4 lonchas de pechuga de pavo (fiambre) sobre un plato con papel de cocina y los puse 3 minutos a máxima potencia en el micro, abriendo de vez en cuando y poniendo en la parte de fuera las esquinas menos hechas. Después las dejé enfriar y con la mano los estrujé y quedaron a virutitas. El tiempo supongo que dependerá del grosor de la loncha y de la potencia del microondas. Tienen que quedar duritos y algo oscuros, pero ¡cuidado con quemarlos!


Sopa de calabaza: para 1 persona
200g de calabaza cruda pelada, unos 30g de cebolla, 2 cucharadas queso fresco batido 0%, 1 vaso de agua, curry, sal, pimienta, nuez moscada, aceite de oliva y semillas de sésamo.

Poner en un cazo pequeño la calabaza y la cebolla cortadas en trozos y el vaso de agua, añadir sal y las especias a nuestro gusto y dejar hervir hasta que la calabaza y la cebolla estén blandas.
Triturar con una batidora de vaso (o cualquier cacharrito que triture) el contenido del cazo.
Añadir el queso fresco batido y volver a batir. Probar y corregir de especias.

Cuando esté a nuestro gusto de sabor, lo pasamos a un plato, le ponemos encima los crujientes de pavo, decoramos con unas pocas semillas de sésamo y un chorretoncillo de aceite de oliva.
De estar en la sopa, los crujientes se rehidratan un poco, pero sigue quedando una textura muy agradable.



Con el frío se agradece un plato así de sano y rico, además de calentito.

¡Que aproveche!

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